Arroz caldoso con gambas y almejas

Describe, con mucho tino, el maestro Bernardo el arroz caldoso diciendo que debería llamarse cremoso, pues aunque hemos tomado la denominación de nuestros vecinos lusos, a nosotros nos gusta una textura más consistente que traba el grano con esa crema que procede del refrito y del propio almidón del arroz.

Conocéis ya mi poco gusto por el colorante -aunque alguna vez lo use-, así que en este plato tampoco lo he utilizado. Lo digo porque si a alguien le parece que le entraría más por el ojo con más color amarillo es muy libre, como es lógico, de usarlo. El color que veis en la foto viene del tomate que lleva en el refrito.



Vamos a la obra. Con una cervecita y con Jarabe de Palo, música muy fresquita para este tiempo, de fondo voy a ir preparando los ingredientes:

  • 1/2 Kilo de gambas arroceras.
  • un puñado de gambas de "mejor ver" -no son imprescindibles- para poner encima.
  • 1/2 kilo de almejas o coquinas; he usado unas chirlas de por aquí .
  • Un tomate maduro.
  • Una cebolla mediana.
  • Un pimiento verde.
  • Dos dientes de ajo.
  • Un poco de vino blanco.

Tenemos que ir por partes:

Por un lado ponemos las almejas en una cazo con un poco de agua en el fondo para que se abran. Una vez abiertas las sacamos y, con cuidado de no quemarnos, retiramos los "bichos" de las conchas y los reservamos. En el mismo caldo que ha quedado en el cazo, añadiendo un poco más de agua, vamos a hervir las cáscaras y las cabezas de las gambas arroceras que, lógicamente, habremos pelado antes.

Por otro pelamos el tomate, le quitamos las pepitas y lo cortamos en tacos finos, pelamos la cebolla y los ajos y los cortamos en láminas, y el pimiento en varios trozos. Ponemos a calentar en una cacerola baja una lámina de aceite de oliva virgen extra y echamos el tomate, la cebolla, los ajos y el pimiento. No hay que dejar que se refrían demasiado, sino que cuando veamos que todo empieza a pocharse y el tomate se empieza a deshacer le echamos un chorreón de vino blanco -yo he usado un albariño que abrí el otro día para "pimplarme", a la plancha, unos morunos que me habían regalado- y dejamos que evapore el alcohol. Añadimos a continuación, pasándolo por el colador, el caldo de haber abierto las almejas y hervido las cáscaras y cabezas de las gambas. Dejamos que hierva todo unos minutos hasta que veamos que los trozos del refrito casi se integran en el caldo. Añadimos un poco de sal a nuestro gusto.

Echamos el arroz -la medida que tengáis por costumbre- comprobando que quede cubierto por el caldo y, en caso de que embeba, añadiéndole agua,...sin miedo. Cuando al arroz le quede poco echamos las almejas y las gambas peladas, y al final, cuando esté casi listo, ponemos las gambas enteras que van a servir para adornar; hay a quien le gusta reservar algunas almejas crudas con su concha y éste sería el momento de incorporarlas también. El motivo de poner las gambas al final es que cuecen en un minuto o así si el agua está hirviendo, por lo que si las echamos antes se acartonan por exceso de cocción.

Ya sabéis también que soy un maníaco del limón.





Comentarios

  1. Cremoso vs Caldoso.
    Ambos me gustan, maestro.
    Un blanco del Condado fresquito y "tajaita" de sandía para postre. Ummm.
    Ea, para hoy domingo no es mala receta. Que viste mucho un arroz así de cara a las visitas.
    Saludos, maestro Juanjo.

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  2. Lo weno.... yo tengo por ahi preparada las fotos para poner en mi blog una receta de tortilla de esparragos trigueros que hice la otra noche, ya te avisaré.... salió mas mona.... y mas wena.... jajaja... Hoy me invitan a comer fuera con toda la patrulla de la family, así que por hoy dejo colgado el delantal...
    Besitos

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  3. Será telepatia o lo que sea pero hoy justamente he comido gambas de Palamos en un pueblo vecino
    ( se tocan) Sant Antoni de Calonge...Se preparan sin complicaciones.. a la plancha... Igual voy a decir un disparate.. pero lo que más me gustan de las gambas, son las cabezas...rarita soy..
    Voy a hacer esta receta tuya.. como todas, salen de.. fábula...Lo haré tal y como lo explicas, paso a paso... Y con esta canción que ya he colocado en el MP3..
    ¡Sensacional el conjunto.. y no digamos, la foto!
    ¡Besos Maese Juanjo!

    PD: ¿Estás pensando en hacer un libro? Yo de tí lo consideraría seriamente..

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  4. Su poquita de zanahoria y guisantes también ayudan a un buen final, pero así está dabuten. Lo imprescindible es la cebolla, sin ella salen arroces secos, como los valencianos, pero para que salgan cremosos, o les pones queso, como hacen los italianos con sus rissotos, o le pones cebolla, que aporta cremosidad y cierto dulzor, como la zanahoria. Las gambas, se dividen en dos, las medianas (nunca las arroceras, que son prácticamente invisibles) para el interior, y unas cuantas de buen calibre para el vacílón superior, je, je, je. Y el azafrán, tronco, que no sólo aporta un hermoso color dorado (no amarillo, que eso es cosa del colorante) y también sabor. Pero en fin, esto es como todo: aleluya, aleluya, cada uno con la suya. Un abrazo y a ver si nos vemos pronto porque estoy dudando entre gastarme el dinero que tengo en comprarme un par de pilas para la cámara de fotos o en largarme para Santander con los niños... no sé, no sé... es que el blog me gusta más con letras que con afotillos, ya veré...
    Posdata: ni se te ocurra escribir un libro, cojones. No le hagas caso a Selma, que está el negocio mu mal y yo voy a sacar otro, je, je, je...

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