Cocido de judías verdes y calabaza.

¡Cómo se han venido los fríos de golpe!  Bueno la verdad es que yo necesito pocas excusas para darle a la cuchara, pero en realidad al menos ahora se tienen más justificaciones para llevar a la mesa platos como éste que, como bien sabéis, además nos va a proporcionar un segundo bien cargado de calorías, el pringón que, como ya concluimos en otro post, se come a pellizcos entre dos trocitos de pan. Comida de habichuelas verdes y calabaza llamaba mi madre a la maldad que os propongo hoy.

Para amenizar musicalmente esta receta he elegido esta vez a los Simply Red , un grupo que a much@s de nosotr@s nos trae gratos recuerdos. Pero además he elegido, en contra de mi costumbre, un vídeo porque además de otros lugares que no identifico de Andalucía, sale la Plaza de España de Sevilla aunque sólo sea a ráfagas, pero me resultó curioso. Así que andad, id abriendo la cerveza y sentaos, si es que podéis permanecer en esa posición con esta música, -yo os aconsejo que os mováis por lo que viene detrás-, y mirad el vídeo mientras voy a por la lista de ingredientes.





¿Ya estamos de vuelta? Eah, pues id preparando lo siguiente:

  • 1/2 kilo de garbanzos previamente remojados, claro está.
  • dos patatas medianas peladas y cortadas a tacos.
  • 1/2 kilo de calabaza limpia de corteza y pipas, cortada a tacos grandes. Yo he usado las de este verano, por supuesto.
  • 1/2 kilo de judías verdes, o habichuelas, como decimos por aquí.
  • una cabeza de ajos
  • un par de zanahorias
  • 1/4 de kilo de carne de ternera.
  • 1/4 de kilo de magro de cerdo.
  • un chorizo
  • una morcilla
  • un trozo de tocino fresco
  • un hueso de jamón.
  • una cucharada de pimentón.

    Metemos todo en frío en una olla y lo cubrimos de agua -si es de barro para dejar que se haga a fuego lento, mejor- con excepción de las judías verdes que, cortadas en tiras de unos 5 centímetros, las incorporaremos cuando los garbanzos  estén casi tiernos -unos 15 ó 20 minutos antes de apartar la comida-. Lógicamente si tenéis prisa podéis poner la olla a presión, pero tened en cuenta que tendréis que abrirla con el tiempo suficiente de incorporar las judías verdes.

    El maestro Bernardo Romero en uno de sus post propone, tal como suele hacerse con guisos semejantes en el norte de España, sacar tres  platos de esta comida, siendo el primero de ellos una sopa hecha con fideos apartando algo del caldo de la olla. En mi casa siempre se sacaron dos -por eso dejo espesar por evaporación el caldo-: un primero con los garbanzos y toda la verdura con su caldo espesito, y luego un segundo que es el pringón, que como ya os he comentado en otra ocasión consiste en servirse un pedacito de cada carne,  y otros de chorizo, morcilla y tocino, y desmenuzarlo todo mezclándolo bien. Los más preocupados por la línea, si es que el que se atreva con esto puede estarlo, se ayudan de un tenedor, pero lo tradicional, ya lo he comentado también, es comerlo ayudado de dos pequeños trozos de pan usados como pinzas.

    Que os aproveche.

    Como ha sucedido en otras ocasiones os prometo que lo siguiente que cuelgue sea algo más refrescante.

    Comentarios

    1. Hola Juanjo, veo que sigues homenajeando a nuestras "niñas"... Tiene muy buena pinta esta receta, así que probaré a hacerla en esta semana. Como a mi me encanta la calabaza suelo "colarla" en todas las recetas que se prestan a hacerlo, como el cocido, el pot au feu o cualquier tipo de potaje.
      Besos

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    2. Maestro, a mí la única linea que me preocupa es la de la concepción, así que yo el cocido de habichuelillas verdes y calabazas (en casa también se le ha llamado así de toda la vida) me lo como como Dios manda, con ese pedazo de bollo de pan de masa dura al laíto para pringar el pringón y con media botellita de vino tinto también cerquita, que eso usté no lo pone, pero se le supone.
      En cuanto a lo de las verduras, no está nada mal un poco de apio y puerro, y de zanahorias, para esas cantidades yo le ponía por lo menos tres. También le pongo un nabo, o dos si son pequeños, pero no se le ocurra a usted decirle ná a don Miguel, que luego empieza con el cachondeíto y no para. Abrazos (y besos a la señora).

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