Huevas aliñadas

Antes de nada quiero dar la bienvenida a la primavera y aclarar, para que quien no me conozca, que yo no necesito de la astenia primaveral para ser inconstante y así, de paso, pido disculpas por la tardanza, que ya ha llovido y nunca mejor dicho.

Las huevas aliñadas siempre me traen al recuerdo a mi amigo Manuel, "el Lunita", que un año en El Rocio, después de haberse llevado toda la noche montado a caballo tomando copas de puerta en puerta, conseguí que echara pie a tierra -más por el animal que por él, que él no se cansa- a eso de las 11 de la mañana y que se tomara, sentao en una silla, una cerveza. Cuando le dije que qué quería comer me dijo, ronco de cantar, que algo fresquito, que traía "los asientos recalentaos". Para quien no entienda de caballos, los asientos es la parte de la boca del animal donde descansa "el hierro", el bocado. Desde ese día en mi casa siempre hacemos la broma de "los asientos recalentaos" cuando nos apetece comer algo fresquito.

Hoy ha sido uno de esos días. Ha hecho un día soleado, algo ventoso, pero tan luminoso que lo hacían uno de esos días típicos de la primavera que te gusta comer fuera al respaldo del aire. Así que hemos tirado de barbacoa. Nada complicado, unas presas de paleta, que al carbón ya sabéis que adquieren un sabor muy especial;...y para "los asientos", unas huevas aliñás.

Con la primavera vuelven muchas cosas: las golondrinas, el buen tiempo,... incluso recuerdos, y para algunos, como en esta canción de La Unión, el amor: debe ser por eso de que "la primavera, la sangre altera".





Vamos a necesitar:

  • 1 kilo de huevas de merluza
  • 1 kilo de tomates maduros
  • varias cebollas frescas
  • sal, vinagre y aceite.

    Mientras os tomáis el aperitivo y escucháis a La Unión, ponéis la hueva en un cacharro y la cubrís de agua fría. Podéis poner el agua un poco de sal y un chorreón de vinagre, que dicen que es para que la hueva no reviente. Ponéis el cacharro al fuego a que hierva durante 20 a 40 minutos, dependiendo lógicamente del tamaño de la hueva. Aquí radica la única complicación de este plato, el cocer la hueva sin que se quede cruda o se reseque demasiado por exceso de cocción.

    Una vez que la hueva está cocida y fría, le quitamos la piel. Hay a quien no le importa que esté la piel y yo creo que es cuestión de costumbres, porque siempre lo hago aunque me da igual.

    Pelamos y picamos los tomates y cortamos las cebolletas en juliana y lo mezclamos todo en un bol con las huevas cortadas a rodajas. Salamos, ponemos un buen vinagre de vino, de los del condado de Huelva por ejemplo, y le echamos un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.  Lógicamente se sirve frío. Podríais poner también un poco de perejil picado, que en la foto no lo veréis porque se olvidó.

    Sólo señalar por último que esto es lo que se suele llamar un picadillo, de huevas en este caso, y que el picadillo lleva además pimiento e incluso pepino, y que en vez de huevas, podemos aliñar atún o caballa, tanto natural, asada, como de lata.

    Comentarios

    1. Cocinilla!!!! veo que vuelves con fuerza!!! me alegro de que estés otra vez por aquí!!! estas huevas se merecen un monumento! qué cosa más rica!bueno, bueno...a ver si compro unas buenas huevas en el Selu y preparo este manjar, que es de las pocas cosas que nunca hago en casa y pedimos siempre que salimos.

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    2. ¡Vaya, hasta parece que se me ha olvidado administrar los comentarios!

      Gracias, Susina, por tus comentarios tan cariñosos.

      No sé si es por proximidad al río, pero ya habrás visto que en esto de los blogs mi comportamiento es similar al del Guadiana, que desaparece pero siempre vuelve a aparecer.

      Besos.

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    3. Que alegría me ha dado leerte joé.
      A mi me gusta con poquito tomate, un pimientito picao y fuertecita de vinagre y por supuesto con pellejo las huevas.
      Un abrazo, bienvenido de nuevo

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    4. Hombre, Rafaé, la alegría es mutua.

      Los aliños estos están buenos de todas formas que se hagan, te hago una sugerencia: pruébalo con una lata de tomate de pera con cebollita fresca y perejil o culantro, fuertecito de vinagre como a ti te gusta, y mucho pan mojá.

      Un abrazo, miarma.

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