Los mejores boquerones en vinagre que no he comido nunca son los que, por lo visto, hace mi amigo Chico. Pero después de media vida esperando para probarlos uno pierde la fe y termina convencido de la verdad que encierra aquel viejo dicho que reza eso de más vale el pájaro en mano, y he terminado asumiendo sin mucho esfuerzo que los mejores boquerones en vinagre que pruebo cada vez que quiero, son los que se hacen en mi casa.
Ya comenté una vez el problema que podríamos encontrarnos con estas semiconservas de pescado con las alergias al dichoso anisakis, y hago aquí válida la solución que di entonces: congelar el pescado al menos un día antes de elaborar cualquier plato con él.
La lista de ingredientes es corta, aunque la elaboración del plato requiere de dos fases; os lo cuento mientras oímos la canción de The Cramberries, Animal instinc.
Vamos a necesitar:
La primera fase que os comentaba consiste en limpiar y dejar preparado el pescado. Ya sabéis que los boquerones se limpian con las manos, sin ayuda de cuchillos ni tijeras, pues basta desgajarles la cabeza con la ayuda de un pulgar y posteriormente se les rasga y limpia la ventresca con el índice, metiéndolos a continuación bajo un hilo de agua del grifo. Posteriormente se les debe quitar la espina. central. Para ello basta con terminar de rasgarlos y tirar de ella de manera que las dos mitades del pescado queden unidas por la cola.
Una vez limpios los disponemos en una bandeja con un poco de fondo para, a continuación, echarles el medio vaso de vinagre, que completaremos con agua, y en el que habremos mezclado una cucharada de sal. Tendremos que procurar que penetre bien por entre los boquerones. En casa los metemos en el frigo durante 12 horas.
Transcurrido ese tiempo -ésta es la segunda fase- escurrimos bien los boquerones. En un bol mezclamos el aceite de oliva con los ajos y el perejil muy picados. A continuación, en el mismo recipiente con tapa donde los vayamos a conservar luego, vamos disponiendo los boquerones por tandas y los vamos cubriendo, con la ayuda de una cuchara, de la mezcla anterior.
No me preguntéis por el tiempo que se pueden conservar en buen estado porque en casa no los damos la oportunidad de que se estropeen; lo que sí os recomiendo es que los saquéis del frigo un rato antes de consumirlos para que pierdan un poco el frío, pues éste les anula el sabor.
La lista de ingredientes es corta, aunque la elaboración del plato requiere de dos fases; os lo cuento mientras oímos la canción de The Cramberries, Animal instinc.
Vamos a necesitar:
- 1 kg de boquerones
- medio vaso de vinagre de vino; los del Condado de Huelva están buenísimos
- medio vaso de aceite de oliva virgen extra
- sal
- varios dientes de ajo
- una ramillete de perejil
La primera fase que os comentaba consiste en limpiar y dejar preparado el pescado. Ya sabéis que los boquerones se limpian con las manos, sin ayuda de cuchillos ni tijeras, pues basta desgajarles la cabeza con la ayuda de un pulgar y posteriormente se les rasga y limpia la ventresca con el índice, metiéndolos a continuación bajo un hilo de agua del grifo. Posteriormente se les debe quitar la espina. central. Para ello basta con terminar de rasgarlos y tirar de ella de manera que las dos mitades del pescado queden unidas por la cola.Una vez limpios los disponemos en una bandeja con un poco de fondo para, a continuación, echarles el medio vaso de vinagre, que completaremos con agua, y en el que habremos mezclado una cucharada de sal. Tendremos que procurar que penetre bien por entre los boquerones. En casa los metemos en el frigo durante 12 horas.
Transcurrido ese tiempo -ésta es la segunda fase- escurrimos bien los boquerones. En un bol mezclamos el aceite de oliva con los ajos y el perejil muy picados. A continuación, en el mismo recipiente con tapa donde los vayamos a conservar luego, vamos disponiendo los boquerones por tandas y los vamos cubriendo, con la ayuda de una cuchara, de la mezcla anterior.
No me preguntéis por el tiempo que se pueden conservar en buen estado porque en casa no los damos la oportunidad de que se estropeen; lo que sí os recomiendo es que los saquéis del frigo un rato antes de consumirlos para que pierdan un poco el frío, pues éste les anula el sabor.
Pues menudos boquerones que te han quedado. Los de tu amigo no sé cómo estarán pero estos tuyos...se salen de la foto. Alguna vez los hice pero nunca les eché vino blanco. Así que tu receta la probaré. Estoy de acuerdo contigo en la calidad de los vinos del Condado de Huelva. El vino blanco gran desconocido en el resto de España...casi mejor, que así nos lo bebemos todo nosotros y a precio moderado...je je je je
ResponderEliminarCon una birrita...menuda tapita, amigo!
Besos!!!
He releído el post, porque ya no fío de lo que escribo, pero no hago referencia a que lleve vino, sino vinagre de vino. Ahora, eso sí, bueno está para reventar nuestro vinillo del Condao.
ResponderEliminarBesos.
Juanjo...yo sí que estoy "alelá"...pues claro que les echo vinagre pero nunca probé la del Condado de Huelva...que seguro que está muy buena. A ver si la encuentro por aquí. Mira que decir que si no les echo vino...menos mal que no me puse a hacer la receta!!!!! ja ja ja ja
ResponderEliminarJuanjo, prueba con el vinagre que venden en bodegas Moreno en la trasera de las torres de Tráfico Pesado,todo un lujo que debemos reservarnos, eso si para los boquerones habrá que poner menos cantidad. Pero en cualquier aliño junto a un buen aceite es genial.
ResponderEliminarUff, susina!! Los vinagres de El Condado son excelentes, tantos lo que se comercializan con "nombre" como los que puedas encontrar a granel. En casa usamos normalmente uno de Bodegas Rubio, la misma que hace el Luis Felipe, que se llama Corumbel. No es barato, pero ya sabes que el buen vinagre da un rendimiento muy alto. Suelo haberlo en el "Continglé".
ResponderEliminarBesos.
Juan Antonio, te tengo que confesar que estoy hecho un cateto y que cada vez hay más cosas en Huelva que no sé dónde están, pero seguro que daré con esa bodega y ya te contaré cómo está ese vinagre. Gracias. Y gracias también por comentar y, de paso, por haberme permitido descubrir tu blog.
Un saludo.