El bizcocho de Dolores


Hace unos años tuvimos la oportunidad de pasar unos días en "Casa de Marcelo", una casa rural en Juane, Padrón. Los recuerdos que nos trajimos son de los más entrañables: el entorno, dominado por los campos de cultivo y el cauce del río Ulla, la comodidad y la belleza de la casa, la amabilidad y afabilidad de los propietarios, Dolores y Manuel, y los copiosos desayunos que nos sirvieron. Entre ellos, entre los recuerdos, contamos con uno muy especial, la receta de este bizcocho que en casa lo llamamos "el bizcocho de Dolores" y que ella llamaba por su nombre, queique de nata.

Con sólo pasarse por aquí ya os habréis dado cuenta que no soy muy repostero que digamos, pero tengo la suerte de que "la santa" le pega a todos los palos culinarios, así que he de señalar en este punto, que el mérito de este apetitoso bizcocho es suyo, y que yo me he limitado a ayudar en la cocina, con el firme propósito de aprender, eso sí.

Queique, la casa, Dolores, Manuel, el río Ulla, el Sar, Juane, Padrón, Rosalía, Santiago que está tan cerca en este Año Santo, la vuelta que nos hemos dado este año otra vez por aquellas tierras, mi amigo Antonio.. Qué mejor homenaje y qué mejor acompañamiento para hacer este queique que una fusión andaluza y gallega, un poema de Federico, uno de sus seis pomas en gallego, Madrigal á cibdá de Santiago, al que Luar na lubre puso música y lo canta bajo el título de Chove en Santiago, y mientras vamos con los ingredientes.




  • Unos 200 ml -un brick- de nata para montar
  • un sobre de levadura
  • 250 gramos de azúcar
  • la ralladura de la piel de un limón
  • un chorrito de aceite del que tengáis costumbre para estas cosas. En la receta original es de girasol, pero le hemos puesto de oliva virgen
  • 5 huevos
  • 350 gramos de harina de repostería
Tendremos que empezar por montar la nata. Para ello la ponemos en un bol y le damos caña con la batidora, pero ojo con pasarse que yo convertí en mantequilla dos bricks, -ya dije que estaba aprendiendo-. Es conveniente para que la grasa de la nata no se ablande y no pierda su consistencia,  que tanto ésta como todos los utensilios que se usen para montarla estén fríos. Podéis buscar por ahí algún método, en función de cómo vayáis a montarla, para mantenerla fría. Añadimos el azúcar y la batimos para integrarla en la nata y a continuación los huevos de uno en uno. Por lo visto esto es muy importante, y no se nos ocurrirá echar otro mientras el anterior no haya desaparecido por completo en la mezcla. Así, al final, veréis que la nata se ha teñido homogéneamente del color de los huevos. Añadimos a continuación la harina, la ralladura de limón y la levadura.

Colocamos la mezcla en un molde de estos de hacer bizcocho, nosotros hemos usado uno de estos de silicona, espolveramos con azúcar por encima, aunque me dice "la santa" que esto no figuraba en la receta original, y lo metemos en el horno al que habremos precalentado a 175 grados. Aproximadamente en 35 minutos, el queique debe estar hecho.

Cuando se enfríe, y previo desencofrado, lo ponemos en una bandeja en espera de que llegue la hora del café.

Comentarios

  1. Juanjo! precisamente estuvimos nosotros también por tierras galegas este verano y en concreto en Padrón, entre otros pueblos. Nos alojamos en el Pazo de Lestrove. Qué maravilla de sitio...y cómo se come por allí... nos encantó, aunque el bizcocho Dolores no lo probamos, claro. De todos modos no se me escapa la receta!!!!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario