Huevos al plato

Éste es sin duda uno de los platos que los cocinillas realizamos cada uno a nuestro antojo. Yo recuerdo a uno que decía que a los huevos al plato se le echaba lo que a uno se le ocurría, y es verdad porque dentro, como siempre, de nuestros gustos y del sentido común, podemos echarle lo que pillemos por casa, así que mientras escuchamos ese clásico del maestro Clapton, Layla, vamos a poner a freír tomate natural de la manera que ya hemos hecho otras veces y vamos a echar una mirada por el frigo para ver qué pillamos.



 
En este caso vamos a hacerlo con lo siguiente:
  • Una patata mediana que cortaremos en dados y que pocharemos para que se ponga blanda. También podríamos poner calabacín si tenemos a mano.
  • Unos 100 g de guisantes, que podremos hervir en el microondas mientras vamos trabajando en el resto. Para ello ponemos los guisantes en un bol pequeño, le ponemos un poco de agua y lo tapamos con un poco de plástico de cocina al que haremos varios agujeros. De este modo lo metemos en el microondas a potencia máxima durante un par de minutos o tres. Si tenéis una latita pequeña por casa os ahorráis todo este lío.
  • Un par de salchichas de éstas de sobre que cortaremos a dados.
  • Un chorizo pequeño, tipo jabuguito, cortado como las salchichas.
  • Una loncha de jamón cortada a tacos.
  • Unas alcachofas de lata.
  • Una latita pequeña de pimientos morrones.
Los huevos al plato suelen prepararse de manera individual en una cazuelita de barro o en una mayor en la que cocinaremos para los que nos vayamos a sentar a la mesa. Yo siempre opto por las cazuelas individuales porque permite mayor juego con los ingredientes y cantidades, ya sabéis: "eso es mucha tela para mí, a mí no me gustan los guisantes..."; así que vamos cocinando a la carta cazuela por cazuela.

En cada una de ellas vamos poniendo los ingredientes por tandas: las patatas, los guisantes, las salchichas, el chorizo -que podremos pasar un poco por una sartén-, el jamón, un par de alcachofas cortadas por la mitad. A continuación cubrimos con el tomate dándole movimiento de vaivén a la cazuelita para que vaya penetrando por los huecos. Ponemos los pimientos morrones cortados a tiras y estrellamos un par de huevos encima.

Ahora debemos poner al fuego las cazuelitas. Las tendremos a fuego lento el tiempo suficiente para que el tomate se caliente y se cuajen los huevos, que se harán antes si ponemos una pequeña tapa sobre la cazuela. 

Ya, a estas alturas, sabemos que las tías de uno, al menos en la cocina, siempre tienen razón, así que contaros que la mía tenía un truco, al que he recurrido alguna vez, que consistía en verter un hilo de leche entre el tomate y el barro mientras el tomate cocía; esto impedía que se pegara el guiso a las paredes y el fondo de la cazuela.

Comentarios

  1. Cocinillas, hace años que no comemos en casa huevos al plato...y mira que es una receta socorrida! la verdad es que como bien dices, vale también para "vaciar" la nevera, ja ja ja Te han quedado estupendos, y con esas alcachofillas...qué rico. Me encantan! Nos acordaremos de ti cuando los hagamos un día de estos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario